PUNTO DEL DERECHO es la labor primera que me enseñó mi abuela, con esas agujas que yo creía que se atravesaban unas contra otras cada vez. Luego aprendí a coser. En veranos nos reuníamos con la labor, a hacer serano. Las pequeñas escuchábamos con un trapito en las manos.
También me refiero a ese PUNTO DEL DERECHO FEMENINO, que casi no existe en tantas partes del mundo.